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Luchando desde el nacimiento

  • Foto del escritor: jacquelinearandag
    jacquelinearandag
  • 30 jul 2018
  • 3 Min. de lectura


Las tortugas marinas son especies que migran. Estas al eclosionar del huevo lo primero que logran es llegar al mar y esto para llegar a Florida, Yucatán y otros puntos del este americano, emprendiendo una desenfrenada carrera.


A la orilla de la playa, cientos de pequeñísimas tortugas de apenas unos 15 cm de longitud, se encentrarán desafiando la fuerza de las olas, impulsadas por una herencia genética que las llama y son guiadas por el magnetismo de la tierra y la frecuencia del oleaje que les llevará a emprender un largo viaje.

La época de reproducción de algunas tortugas al dar comienzo en marzo y alcanza su mayor punto de junio a agosto, pero se alargará aún en las próximas semanas, hasta octubre.


A partir de los 10 años las hembras ya están en condiciones de reproducirse. La gente que haya observado un nacimiento sabe de la dificultad y lo fascinante del proceso: de noche, mejor sin luna llena las proteger en su intimidad, las tortugas salen de las profundidades del océano y se arrastran por la playa hasta encontrar el lugar adecuado.


Una vez allí, empieza a excavar con sus aletas para formar el nido. Con su cara y cuerpo sacando la arena y haciendo el sonido de un llorar por el esfuerzo realizado, la tortuga hembra deposita cientos es de huevos que parecen unas pelotas de ping pong.

Las tortugas suelen realizar de dos a siete puestas por año y luego descansan durante dos o tres años hasta las siguientes puestas. Tras 60 días de incubación, los huevos eclosionarán dando lugar a una nueva generación de tortugas.

Para que los huevos puedan nacer con éxito los factores principales para que esto sea posible es que la arena de la playa y la temperatura en el nido se encuentren en un punto especifico, ya que dependiendo de si la temperaturas mayor o menor, nacerán y determinara si son machos o hembras; a mayor temperatura, más hembras.

La temperatura límite a partir de la cual el sexo de las tortugas puede modificarse parece estar en los 29º C, llegando a ser sólo hembras cuando supera los 33º.

La mayoría de ellas sigue las aguas más templadas que les llevan hacia las costas de España y Portugal. Muchas se adentran en el Mediterráneo, donde llegan a concentrarse en cantidades que superan los varios cientos de miles de ejemplares.

Ayudadas por los vientos, estas son empujadas en dirección sur atravesando las costas occidentales de Africa, hasta pasar por las Islas Canarias y Cabo Verde. Al sur de este archipiélago, la corriente cambia de dirección para adentrarse de nuevo en el Océano Atlántico y dirigirse otra vez con rumbo oeste hacia las aguas caribeñas y del este americano donde, cuando sean adultas, realizarán la puesta.

En el año de 1986 el biólogo estadounidense especializado en tortugas marina Archie Carr, presentó la hipótesis de que las tortugas bobas que efectuaban la puesta en las playas norteamericanas realizaban una larga migración de ida y vuelta a lo largo de todo el Atlántico, aprovechando la Corriente del Golfo. Decía en su hipótesis que el tamaño de los individuos recogidos en distintas zonas del Atlántico, tal como las costas estadounidenses, el Mar de los Sargazos y el Golfo de México.

Todas las tortugas marinas son consideradas especies en peligro de extinción. La importancia de las playas de puesta de tortuga. En donde Estados Unidos de América queda fuera de toda duda: alberga a la segunda mayor población del mundo y mantiene un porcentaje menor del 50% de la población mundial de esta especie, realizando unos 68.000-90.000 nidos al año.

Por esta razón, desde sus oficinas de diferentes partes del mundo está llevando a cabo un estudio para conocer el verdadero alcance de las migraciones de las tortugas marinas.

 
 
 

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